Hablar de la tenista Virginia Ruano me trae a colación el año 2004, cuando empecé a escribir sobre ella en un portal argentino de tenis debido a mi admiración por la dupla que conformaba junto a la argentina Paola Suárez, con la cual consiguió casi los 11 Grand Slam que tiene en su haber y con la que estuvo 65 semanas consecutivas como número 1 del mundo.
En esos días, cerca a los Juegos Olímpicos de Atenas, podía quedarme noches enteras transcribiendo resultados desde las páginas webs de aquellos torneos realizados en ciudades lejanas e impronunciables, para hacer las notas en forma inmediata y con la emoción del minuto a minuto.
Sí, mi admiración fue a mayor cuando pude contactarme con ella, cruzar los primeros mails de muchos en 6 años y darme cuenta, al poco tiempo, del gran ser humano que es Vivi' Ruano Pascual.
Madrileña, de casi 37 setiembres, lo ha conseguido casi todo con el tenis. Empezó de muy niña de la mano de su hermano Juan Ramón quien después se convirtiera en su entrenador. Tuvo suerte de tener una familia que la apoyó al 100 % en lo que le gustaba, pues así como su hermano, su padre, con el cual tuve el gusto de conversar en sendas ocasiones, fue el gran impulsor de la carrera tenística de Virginia, hasta el final de sus días. Ella no podría estar más orgullosa de todos ellos, ni a la inversa.
De esta manera, Virginia Ruano, con el gran sacrificio que todo tenista de élite debe soportar, logró en total 42 títulos en dobles y 3 en singles. Pero la mayor hazaña, en lo que representa para ella, fue subirse 2 veces al podio de plata olímpico: la primera, en Atenas (2004) y la segunda, en Beijing (2008), teniendo como pareja a la experimentada tenista Conchita Martínez y a la talentosa jugadora valenciana, Anabel Medina, respectivamente.
Con tremendo palmarés se preguntarán, ¿por qué no se oyó su nombre por estos lares? La respuesta, casi obvia, es que el Perú adolece de un manto cobertor llamado fútbol, con el cuál la prensa nos desinforma y priva de tener como modelo a verdaderas luces del deporte nacional y mundial.
Hoy, Virginia Ruano se despide de las canchas por decisión propia, añadida a una posterior lesión cervical, luego de casi una vida de glorias.
Este año, 'Vivi', como la llaman sus amigos, le dice un hasta pronto al deporte que la vio crecer, madurar, alegrarse como también bajonearse. A ese deporte que la hizo vibrar, conseguir sus más grandes sueños, representar a su país en varias citas olímpicas y Fed Cup's, campeonar repetidamente en la tierra batida de Roland Garros y en las rápidas canchas del Australian Open y del US Open, entre otros.
La mejor doblista de la historia deja las canchas, prometiendo no desligarse del tenis a futuro.
A título personal, Virginia Ruano me enseñó mucho: Para ser el mejor, el más admirado y querido, no debes perder la humildad, la sencillez y esa condición de ser humano que nos hace especiales y únicos.
Desde mi blog: Vivi, simplemente gracias y hasta pronto. Te quiero.
Fiel a su estilo amable, Virginia me brindó un poco de su tiempo para compartir y responder las preguntas que le planteé para este post:
- ¿Qué ha significado para ti ser una deportista de élite y haber conseguido todo lo que has logrado?
He tenido la suerte de haber hecho durante todos estos años lo que más me ha gustado, y encima he podido conseguir mis sueños como deportista también, así que sólo puedo estar agradecida al deporte y sobre todo al tenis por todo lo que me ha dado.
- ¿Cuáles son las 2 cosas más importantes o emotivas que has vivido como tenista?
Lo más emotivo ha sido vivir las olimpiadas, conseguir las medallas olímpicas y subir al podio. Y cuando gané Roland Garros el año que falleció mi padre.
- ¿Qué consejos le darías a los jóvenes tenistas que recién empiezan para poder sobresalir?
Que disfruten con lo que hacen y que no se den por vencidos en los malos momentos.
- Cerca al retiro, ahora ¿cuál es tu sueño o proyecto más grande?
Me gustaría más adelante montar una escuela en Madrid y retomar otros deportes que hace años, por el tenis, no he tenido tiempo de practicar.
Virginia: Un saludo y un beso a todos-as los del blog SIN PELOS EN LA CANCHA.
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