lunes, 8 de febrero de 2010

Así se empieza… Un llamado a la conciencia


Los peruanos nos caracterizamos por ser extremadamente impacientes en el interín por conseguir algo, aunque para ello, no hayamos contribuido con el mínimo granito de arena que exige determinada frase cliché, como requisito para tener derecho a reclamar a posteriori. Todo lo queremos “ya - ya” y si no lo obtenemos, vociferamos que fue un error, una farsa, una ilusión. Luego viene la depresión, para no volver a creer en algo por años y caer en la vulnerabilidad de consumir mediocridad.

A pesar de no recordarlo por mi corta edad, sé, como todos, de aquél subcampeonato olímpico donde nuestras míticas chicas del voley dejaron una estela luminosa de técnica y jogo bonito, en la memoria ochentera de aquellos peruanos, que afónicamente orgullosos, deliraban con cada levantada, mate o bloqueo. Nos volvimos una lovemark la cual se estancó, peor aún, desapareció.

¿Y por qué, luego de menuda hazaña, todo se esfumó?

Pues la empresa privada ni el Estado tuvieron la sana convicción de apostar por el deporte bandera que nos situó en el 2do lugar más alto de un podio olímpico. Imagino yo, que la coyuntura terrorista de aquella época, tampoco contribuyó. Pero en fin, las chicas tuvieron que migrar por las europas y buscar su subsistencia monetaria, cosa que su país, por el cual habían dado todo, no podía sustentarlas.

La imagen e idolatría permaneció, pero el suspicaz peruano que llevamos dentro, no volvió a creer más. Se mostró escéptico. Y no le doy la contra. ¿Saben por qué? El culpable, lejos del consumidor, es el ‘padre’, de no sujetar la mano del hijo para cruzar la pista: el Estado se desentendió (como lo sigue haciendo actualmente con sendos deportes).

Además, la empresa privada no apostó, y sobre todo, los medios de comunicación se lavaron las manos, no “aventurándose” a defender la insignia deportiva del Perú. Ellos son responsables de lo que el peruano piensa, quiere, respira, vive. Ellos venden imagen, incentivan, promocionan a la sociedad pro consumidora, y a las empresas, que desean ver sus marcas en la Tele. Los medios tienen el poder, no deben moverse solo donde se encuentra lo vendible, sino arriesgarse en apostar por deportes que a la larga, les traiga más y mejores beneficios que una posible malsana anomia.

Un buen comienzo

Hoy en día, vemos voley, futsal, basket, tenis aunque sea en cable, pero ahí están. Aunque los noticieros deportivos son “noticieros futbolísticos”, un minuto final, al menos, pertenece a algún deporte con visión. Igual es con la prensa escrita, aunque las cuatro primeras páginas sean acerca del siempre alicaído fútbol nacional, dos hojitas finales nos esperan con mini reportajes sobre los llamados deportes amateur.

Algo es algo. Solo es cuestión que los medios sigan en esa onda arrebatada y fructífera de “lavar cerebros” y dar a conocer la gran cantidad de deportes que existen en el mundo. Así habrán nuevos deportistas, aficionados, consumidores, nuevas exigencias para el mercado, inversión, dinero y luego, con mas presión, apoyo del Estado. Es un círculo virtuoso. Luego vendrán los triunfos, y por qué no, más de un campeón olímpico.

Por nuestra parte, los amantes y no del deporte, solo: paciencia, y no dejar que nos vendan lo más fácil y rentable para terceros, sino contenido variado y útil para el deporte nacional, aunque los resultados se vean a largo plazo. Sí pues, es una osada inversión, pero vale la pena.

Esta publicidad dice mucho:

No hay comentarios:

Publicar un comentario